Miedo







Todo empezó con un sueño en el que me sentí enteramente feliz: la chica usaba una enorme chaqueta de jean para hombre, cepillaba su pelo corto y salía a las calles. El pantalón también era ancho y las zapatillas estaban sucias de barro y amor. La princesa se había convertido en príncipe y eso seguía siendo hermosx.
El chico que me estaba echando los perros se alejaba de mis pensamientos por otros más importantes: quiero cambiar toda la ropa de mi clóset, los juegos de sábana con sus colores de pastelito; quiero tener ropa nueva, borrar todas mis fotos viejas de Instagram, ser la persona de ese sueño, cortar mi cabello y salir con una enorme chaqueta de jean. ¿Ese man me seguiría diciendo “hermosa” si yo me vistiera así? ¿Qué pensarían las otras viejas?
Me quedé muchas veces frente al espejo con las tijeras en la mano, pensando en todo lo que pasaría si me cortara el pelo. Me puse a googlear de todo, encontré cosas maravillosas y otras aterradoras, testimonios de total aceptación familiar, y también de manes rechazados, desheredados, historias aterradoras de manes que eran obligados a internarse en conventos de mujeres, solo por intentar ser lo que realmente eran. Estaba emocionada y asustada y seguía indecisx frente al espejo con las tijeras. Era unx rapunzel invertidx.
Mientras navegaba en un foro sobre el sostén (“no uses sostén, los manes no usan sostén, no tienen senos”), un troll no paraba de poner el link de una película que luego lamenté haber visto: L era una chica que lentamente comprendió que en realidad era un chico. Su tránsito, decía en la película, era como atravesar una carretera llena de espinas, sabiendo que al final te espera un lugar en el que serás completamente feliz. El tránsito es como nadar en un lago, sabiendo que arriba te espera el oxígeno, lo que realmente eres. L delató muy pronto y rápido sus cambios, por lo que empieza a ser molestadx por todas las personas que lx conocen, mitad en broma, mitad en serio. Aquí es donde entra una pandilla de tipos neonazis que interceptan a L y no lx dejan pasar. Dicen algo como “si eres un hombre, pelea como tal” y lx cogen a golpes entre todos. L muere en el piso, llenx de sangre, con la cara deforme por la golpiza. Los manes le roban su chaqueta de jean, uno se la pone, se van riéndose.

No sé dónde leí esta cita: siempre hay miedo antes del amor.

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